top of page

ANOTO EN MI LIBROS: Un vistazo al lado oscuro.

  • Foto del escritor: Marifer Herrera
    Marifer Herrera
  • 15 jul 2020
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 16 jul 2020

Mi historia comienza como la de muchos otros lectores que hoy en día anotan en sus libros. Si mi pequeña yo de trece años me viera ahora, escribiendo en los bordes de la página y doblando las esquinas, sin duda alguna me abofetearía. No soportaba la idea de ver mis queridos libros doblados o maltratados, los trataba con guantes, se me formaba un nudo en la garganta cada vez que alguien se atrevía a tocarlos con las manos sucias e, incluso, algún día llegué a considerar la idea de proteger mi librero con un acrílico para mantener los libros lejos del sol y el polvo. Si, amigos, yo era la pesadilla de los lectores osados y un miembro certificado de los lectores perfeccionistas.



Las cosas han cambiado drásticamente desde entonces. No me malentiendan, no me arrepiento de esa etapa de mi vida, me enseñó a apreciar los libros como los aprecio hoy, pero definitivamente disfruto mucho más de mis lecturas ahora que pertenezco al lado oscuro, al lado donde los lectores dibujamos, escribimos, doblamos y destruimos. Algunos nos llaman monstruos.


Si lo que buscas aquí es una guía de cómo adentrarte poco a poco en este mundo temido de anotar en tus libros, me temo que no puedo ayudarte; mi cambio fue drástico y rápido, un día me lavaba las manos antes de comenzar a leer, y al siguiente le estaba pidiendo a mis padres un paquete de plumas de colores para comenzar a anotar en mis copias. No, amigo mío, lo que vengo a hacer aquí es darte mi lado de la historia, explicarte porqué es tan mágico para todos nosotros tratar a los libros de la manera en la que lo hacemos; "maltratarlos", si gustas llamarlo así. Y es que fue justamente una explicación como la que vengo a darte, la que me hizo cambiar de opinión. ¿Quién sabe? Quizá termine convenciéndote.

Voy a empezar con el cuestionamiento que cambió mi manera de pensar:


Tu biblioteca es tu colección personal de libros, cada vez que añades uno a tus estanterías tu colección crece. Ahora bien, si estás armando tu propia colección, ¿por qué querrías tenerla llena de libros exactamente iguales a los que puedes encontrar en cualquier librería? 


Tal vez ahora me puedas entender un poco mejor. Cada vez que añado una nota al pie de la página, cuando doblo la esquina inferior para marcar mi progreso y la esquina superior para resaltar mis partes favoritas, cuando garabateo corazones en una escena romántica, cuando hago mis propios dibujos de los personajes al inicio que algún capítulo, cuando marco los caminos y las rutas en los mapas, cuando escribo algún pensamiento en los bordes y reflejo mi emoción o tristeza a lado de cada escena; todos y cada uno de esos actos vuelven el libro único en el mundo.


Permitir que cada pensamiento que recorre tu mente se vea plasmado en las hojas, vuelve la experiencia en un viaje absolutamente mágico. Esa sensación de estar hablando con el autor o con los mismos personajes, el resaltar esa frase que te marcó y que nunca se perderá entre el resto de los párrafos te brinda una experiencia tan personal e íntima que sólo puedo describirlo como amor. Si, eso, anotar en los libros me parece un acto de amor puro.


Amar tanto tus ejemplares que los vuelves irreemplazables. Los haces únicamente tuyos. Tú quedas plasmado en las páginas del libro tanto como los personajes y sus aventuras. 


Los libros están para ser amados, no temidos.

Hace años, si hubiera perdido algún libro, no habría tenido importancia más allá de algunos días, mientras iba a la librería para comprar uno nuevo que lo reemplazara. Hoy, si perdiera un libro, perdería una parte de mi alma. Nunca podría volver a encontrar un ejemplar igual.


Ya lo entiendes.


Mi biblioteca está llena de libros amados, que cuentan tanto la historia de sus personajes como la mía propia. Mis ejemplares están arrugados por aquella vez que se mojaron con agua de mar o de lluvia, llenos de notas tanto mías como de las personas a las que se los he prestado, desgastados en los bordes por cada vez que viajaron en mi mochila de la universidad o mi maleta de mano, incluso creo que podría encontrar algunos con ramitas entre las hojas por cada vez que fui al bosque. Tienen las marcas de mis lágrimas y de cada vez que los aventé al otro lado de la habitación porque me hicieron enojar.



No, aquí en el lado oscuro no odiamos a los libros, al contrario, los amamos demasiado como para dejarlos intactos. Cada una de esas pequeñas marcas de destrucción son una muestra de la buena relación que tengo con ellos. Mis libros y yo somos mejores amigos, y ahora que ya probé esta experiencia, nunca voy a dejar de recomendarla.


No te voy a mentir, al comienzo es difícil, no sólo ese primer trazo, si no el saber exactamente qué quieres anotar en ellos, encontrar tu estilo y lo que te acomoda a ti, acostumbrarte a llevar siempre contigo una pluma puede retrasar bastante el proceso. Pero no lo romantices tanto, se trata de disfrutarlo, no de forzarlo.


Si no sabes cómo comenzar, un gran inicio es escribir tu nombre y el mes y año en el que comienzas a leer el libro:


Fernanda Herrera

Julio, 2020.


Ese pequeño detalle ya volvió a tu libro un poco más único y especial en el mundo.


Pienso escribir una entrada de mi método para anotar, y aunque espero que ayude a muchos a formarse una idea de lo que quieren hacer, es importante recordar que sólo con la experimentación encontrarás lo que más se amolde a ti. 


Ya conoces mi lado de la historia, ya te di un vistazo a este lado oscuro de la lectura, si te animas a entrar por completo, me gustaría saber tu experiencia. ¡Eres bienvenido!





 
 
 

Comments


Publicar: Blog2 Post

©2020 por Libroland. Creada con Wix.com

bottom of page